El PSUV poncha con dos strikes y convierte un foul a las tribunas en un jonrón. De esta manera se puede ejemplificar lo ocurrido ayer lunes en la Asamblea Nacional. Las reglas se cambian según sus conveniencias. Como no se tenía la mayoría calificada, tal y como lo establece la Constitución, para elegir al fiscal, contralor y defensor, pues el Tsj hace una interpretación a la medida de Miraflores y se une al coro que canta la letra que le convenga al gobierno.
XABIER COSCOJUELA
El PSUV poncha con dos strikes y convierte un foul a las tribunas en un jonrón. De esta manera se puede ejemplificar lo ocurrido ayer lunes en la Asamblea Nacional. Las reglas se cambian según sus conveniencias.
Como no se tenía la mayoría calificada, tal y como lo establece la Constitución, para elegir al fiscal, contralor y defensor, pues el Tribunal Supremo hace una interpretación a la medida de Miraflores y se une al coro que canta la letra que le convenga al gobierno.
Recordemos que el anterior contralor falleció a mediados de 2011. No había sido reemplazado porque el PSUV no tenía los votos requeridos para hacerlo, a lo que se suma que luchar contra la corrupción y mantener unos procesos administrativos pulcros no es su prioridad.
Pero sabían que la Constitución les impedía elegir al que ellos querían. Como los tiempos están cambiando y el futuro no es prometedor, electoralmente hablando, pues decidieron saltarse a la torera la Constitución y elegir a dicho funcionario como les dio la gana. Ponche con dos strikes.
A lo anterior se suma que hicieron lo mismo para nombrar al fiscal y al defensor. En el primer cargo repite la siempre lista para atender lo que ordena Miraflores, Luisa Ortega Díaz, y como defensor pusieron al hasta hace unas horas militante del PSUV –ustedes, saben, la ley ordenar no estar inscrito en partido político– Tarek William Saab. La juramentación de Saab le hizo perder la esperanza a quienes pudieran haber pensado que sería un defensor del pueblo distinto a su antecesora. Ponche con un strike.
Como no tenían los votos para elegir a los tres rectores del Consejo Nacional Electoral y no había interpretación leguleya que valiera, decidieron remitir dicha escogencia al Tribunal Supremo de Justicia, ente controlado por el PSUV y totalmente a su servicio.
Se supone que ese poder debía ser renovado, pero ratificando a Tibisay Lucena y Sandra Oblitas se puede suponer cualquier cosa menos una renovación. Jonrón con un foul a las tribunas.
Esta manera de proceder, sin cubrir las apariencias es una prueba más de que el futuro electoral que vislumbran no les es favorable. Lo mismo hicieron cuando sabían que perderían la Alcaldía Metropolitana de Caracas. Transfirieron parte de sus competencias a otros entes. Ahora quieren asegurarse que tanto el CNE como la fiscalía, la defensoría y la contraloría obedezcan las órdenes que salgan de Miraflores.
El intento por alentar la abstención y promover el desánimo en las filas opositoras es demasiado obvio. Creemos que la actuación de los partidos integrantes de la Mesa de la Unidad ha sido la correcta. Participaron en las comisiones para designar a los funcionarios, promovieron candidatos pero no se prestaron para convalidar al arbitrariedad que cometió el gobierno. Por eso Maduro estaban tan ofuscado el lunes por la noche.
Ahora lo que toca es concentrarse en las elecciones parlamentarias. Reeditar la unidad perfecta alcanzada en 2010 y obtener una mayoría contundente de votos. La posibilidad de lograrlo es real, pero todo depende de cómo se hagan las cosas. La victoria es posible, pero el mandado no está hecho. Recuerden que el juego no se acaba hasta que se termina.
@xabiercosco
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