sábado, 12 de abril de 2014

LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE


¿Una misión imposible?

            Después de la tormenta viene la calma y ésta nos da la oportunidad de evaluar los desastres generados por la tragedia.

            Si trasladamos la parábola anterior a la crisis integral que ocurre en Venezuela, con el fin de tomar correctivos, analizamos los hechos sociopolíticos de las últimas décadas y podemos palpar un proceso de decadencia institucional en la cual nos encontramos inmersos hoy en día. Mostrándose a la cara como uno de los rasgos más sobresalientes de esta realidad, un país con su población sectorizada, donde cada bando defiende proyectos antagónicos, obteniendo como resultado una situación compleja para intervenir y conseguir resultados positivos.

            En este sentido, sobreponernos al retroceso histórico en la Nación del Maestro Simón Rodríguez, requerirá una labor trascendental de avanzada. Equilibrar la balanza de la dinámica social, establecer un ambiente de confianza y sociabilidad ciudadana, tendrá que estar sustentado por la creación e implementación de planes, programas y proyectos socioculturales continuos. Para mantener la supervivencia de este impulso, deberá de contarse, por una parte, con una promoción intensa a través de los medios posibles, con el propósito de inducir un contagio social, en beneficio de optimizar la Participación Ciudadana; y por la otra, con el patrocinio, aporte de recursos de la sociedad organizada, así como de las instituciones, tanto públicas como privadas de Venezuela y de aquellas pertenecientes a la comunidad internacional.

            Es importante señalar, más allá de las dificultades y de la gravedad de la crisis, los venezolanos contamos con un apoyo superlativo, una guía que nos conducirá más temprano que tarde a encaminarnos hacia el saneamiento y fortalecimiento del orden democrático, nos estamos refiriendo a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

            Aferrados a la Constitución aprobada por los venezolanos en el año 1999, tendremos el soporte necesario para la revisión de las leyes sancionadas desde la implementación de este pacto social hasta la fecha que corresponda. Esta acción permitirá evaluar los contenidos legales y mantener su vigencia, aquellos que no cumplan con lo previsto, anularlos. Cuando capitalicemos la reivindicación de la Carta Magna, se habrá dado uno de los primeros pasos significativos para darnos la oportunidad real de la reconstrucción y transformación de un país deteriorado en una Venezuela creativa, próspera y de calidad social.

Por más turbio que se vislumbre el ambiente
Lo imposible queda fuera
La desesperanza no tendrá cabida
Si hacemos lo que nos corresponde en el aquí y ahora
Manteniendo con firmeza una convicción del porvenir.


El poeta que no vino.

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