Al sector estudiantil democrático:
las luchas sociales no tienen autoría, ellas forman parte de un conjunto de
reivindicaciones exigidas por los pueblos a sus gobernantes en búsqueda de
obtener una mejor calidad de vida. Es indiscutible que a ustedes, los
estudiantes de las diferentes universidades venezolanas, les tocó asumir la vanguardia
en este momento histórico. En este desenlace, algunos líderes políticos se
incorporaron de forma directa a las manifestaciones ciudadanas y pasaron a ser
una referencia visible, pues al igual que ustedes, tienen la protesta de calle
como principal argumento para enfrentar a este régimen.
La
alternativa asumida tiene certeza por una parte, pero en esta lucha
desarrollada para el restablecimiento de la democracia en Venezuela todos somos
necesarios. Hay que tener mucha precaución cuando se hacen algunas descalificaciones,
debemos recordar un viejo dicho “Divide y
vencerás”, porque sumar voluntades es lo más relevante en esta coyuntura
política. Eso sí, es crucial estar muy atentos a las desviaciones que pueda
tomar la causa y debiliten la dinámica de la misma. Así mismo, en las
manifestaciones pacíficas es imprescindible bloquear la filtración de
individuos cuyas intenciones son desacreditarlas ante la opinión pública, tanto
dentro como fuera del país, como también, desvirtuar los objetivos en juego y
quebrar la consecución de la meta. Se requiere cada vez más una organización
efectiva para enfrentar al saboteo del buen desempeño del movimiento, ésta nos servirá para diseñar de manera creativa
las tácticas y las estrategias adecuadas.
A esta
lucha le falta mucho todavía, es básico para fortalecerla y vigorizarla la
incorporación de todos los sectores de la población, sus habitantes en general,
gremios, asociaciones populares, partidos políticos y algo sustancial: la
inclusión de los trabajadores, pues ellos constituyen la fuerza productiva, los
que permiten el accionar, la movilidad del Estado. Queda por ver los
acontecimientos del 1ro de mayo donde esperamos la expresión contundente de la
fuerza laboral; todo lo dicho sin dejar de tener en cuenta que este régimen se
ha caracterizado, entre otras cosas, por hostigar, reprimir, acorralar y
secuestrar la libertad sindical.
Debemos
madurar, evitemos candideces pues en los procesos políticos de transformación
similares a los registrados en el presente en Venezuela, donde dos visiones
estructurales antagónicas chocan, los delatores, traidores, infiltrados,
oportunistas y otros elementos más, son un componente natural, escenario en el
cual los farsantes de profesión brillan por doquier, buscando pescar en río
revuelto y actúan según el lado hacia donde se incline la balanza.
Lo obvio
está a la vista, este lapso del 2 de febrero hasta mediados del mes de abril
liderado por los estudiantes, deja una marca profunda en la vida de la Nación.
La cantidad de muertes ocurridas, la aprehensión y tortura a manifestantes, la
sostenida represión hacia las protestas, la persecución política a los
adversarios del gobierno, la violación del debido proceso de los detenidos, en
fin, un sin número de irregularidades de vieja data que incluyen la violación
de los Derechos Humanos, la inseguridad, la inflación galopante, el deterioro
institucional y la escasez, son algunos de los hechos causantes de una
situación general insostenible. Todo aquel ciudadano común que considera dicho
ámbito como poca cosa, está viviendo una realidad aparte.
La pureza en las luchas sociales es
una idea vacía
Lo Divino corresponde a otro plano
Lo terrenal, la realidad es cruda e
infalible
Esperar los milagros sin actuar es
cosa de fanáticos.
El Poeta que no vino.
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